Ponencia
Posthumanismo
El humanismo
ha sido utilizado en toda clase de discursos para abogar en la defensa de los
derechos humanos y la protección de la vida de quienes se consideran participes
de dicho grupo. Aun así, siendo tan usado este concepto, no se profundiza
exactamente sobre qué es lo que significa y qué es lo que hay detrás de sus
discursos suponiendo que, implícitamente, recoge todo el grueso poblacional tan
versátil que cohabita en el planeta. Siendo así, Braidotti, en Lo Posthumano, hace un rastreo
genealógico del humanismo, quitando el velo y lo pone en entredicho
descubriendo sus verdaderas bases, pasando por el Antihumanismo como la decadencia del humanismo con la muerte del hombre y, finalmente, el
posthumanismo.
“En el principio era el verbo, […], y el verbo era
Dios” (Jn 1:1) Así comienza el evangelio de Juan denotando el centro fundador
del universo y de todo que dentro de él lo compone. Dios, como epicentro donde
nacen y retornan las cosas (retornan como “agradecimiento” con temor y temblor)
es sólo una de las ideas que nos han sido heredadas del viejo continente que
han subyugado, bajo su discurso “emancipador” de la salvación del alma, a, me
atrevo a decir, cuantías minorías que termina siendo un grueso bastante
sustancial de la población humana. Podemos nombrar, por decir poco, la brutal
violencia con la que se ha impuesto el discurso teocentrista a las poblaciones aborígenes, a las mujeres, a las
personas cuya expresión de género es diferente a la normativa, a la población
negra, sin contar la imposición de dominante sobre la naturaleza y los animales
no-humanos. Con la muerte de Dios, no solo desde que fue proclamado por
Nietzsche, en La Gaya Ciencia, sino
mucho antes desde ya en el S. XIV, cuando Dios deja de ser el centro del
universo para posicionarse en su trono el
Hombre, cambia el lugar de enunciación donde surge un nuevo modelo desde
dónde pensar lo humano: ya no desde
Dios, sino desde el hombre en Sí mismo.
Es así, que cambia el lugar de enunciación con nuevos enunciados, pero, en cuyo
carácter más intrínseco, sigue permaneciendo su esencia más pura de dominación.
Como Braidotti cita lo afirmado por Jhon Gray “El humanismo es la
transformación de la doctrina cristiana de la salvación en un proyecto de
emancipación humana universal”. (Braidotti, p.36). Nace así, el Antropocentrismo. La liberación no
corresponde en la salvación del alma sino del cuerpo; el centro del universo ya
no es Dios sino el Hombre; la guía ya no es la fe sino la razón. Y sobre este
modelo se han simentado infinidad de discursos “emancipatorios” pero, al igual
que pasa con la religión, disponible solamente para unos cuantos elegidos. No dispuestos por Dios sino
por el mismo Hombre. El cielo ahora tiene una ubicación geográfica en la
tierra: Europa.
La
Decadencia del Humanismo
Con el surgimiento del humanismo, se instaló sobre sus
fundamentos un nuevo modelo de sujeto redimido. Una imagen de hombre ideal al
que se decide aspirar desde un lugar de enunciación focalizado
geopolíticamente. El epicentro desde donde se funda el nuevo concepto de humano
es Europa con roles de dominación más focalizados en la supremacía del hombre
blanco, occidental, perfecto, laico, dejando fuera de estas categorías todas
las demás subjetividades, lo que llamaríamos: La otredad. Con el universalismo del humanismo no se permite
reconocer otras maneras de Ser y de Existir. Los surgimientos de colectivos
emancipatorios es la prueba fehaciente de que el humanismo extendido por el
mundo no recoge bajo su seno los derechos de todos los seres que cohabitamos en
un mismo sistema planetario. Muestra de un botón, es el movimiento Black Lives Matter en los Estados Unidos
que no pretenden escalonar en la jerarquía social ni un pretendido
reconocimiento de su existencia sino la equidad de derechos, respeto y
visibilidad de las violencias a las que han sido sometidos durante siglos por
representar la imagen el Otro excluido.
Lo que representa ser diferente al criterio único de ser humano. De ahí, viene
a ser necesaria una segunda muerte, la
muerte del hombre. La muerte a la amalgama de parámetros éticos, estéticos
y existenciales que hemos heredado de la identidad eurocentrista de la que
estamos tan fuertemente permeados. Respuestas tales como el feminismo, el
antirracismo, lo antinuclear y medioambientalistas y, aquí debo añadir
igualmente, el antiespecismo, son las que se manifiestan contra el humanismo y
denuncian que ya no es suficiente, nunca ha sido suficiente para reconocer las
luchas y derechos del marginalizado y estigmatizado por ser un otro diferente a
la identidad europea.
Otro grave problema que deviene del discurso humanista
es el del laicismo recalcitrante que corta de tajo otras posibilidades de
relacionarse con el mundo y con los otros. Si bien el laicismo ha roto de
cierta manera los grilletes del dogmatismo religioso, no podemos ignorar que la
ciencia de igual manera se ha establecido como el dogma de la “racionalidad” e
incluso que ha sido herramienta del nacionalismo y el fascismo (Braidotti, p. 37). De igual manera, con la religión a la mujer se le ha
relegado al ámbito privado: a la emocionalidad, a los cuidados, a la
irracionalidad y a las pasiones, lo que el humanismo con su defensa por los
derechos del hombre pero de la mujer, crea una doble opresión ya que se
refuerza la inhibición de la entrada al ámbito de lo público (Braidotti, p. 39)
Movimientos emergentes, sin embargo, han demostrado no recogerse dentro del
discurso laicista del humanismo, como es el Feminismo Comunitario de las
comunidades indígenas de América Latina. Que en vez de centrarse en el feminismo
independiente o, por decirlo de otra manera, el feminismo blanco que es
fuertemente influenciado por el humanismo, se dirigen hacia lo comunitario,
retoman los saberes ancestrales de la recuperación emocional y espiritual de
las mujeres, además, de volver a conectar y defender el territorio-cuerpo y el
territorio-tierra. Esto va en contra del laicismo humanista pues recupera la
espiritualidad y la conexión con los cuerpos plurales, que incluye la
naturaleza desechando la supuesta conexión entre racionalidad - espiritualidad.
Todos estos movimientos que se levantan contra el humanismo, el universalismo y
las categorías hegemónicas eurocentristas heredadas de occidente se le conoce
como Antihumanismo.
El
desafío de los posthumano
Sin embargo, hay una constante tención entre el
humanismo y el antihumanismo y radica, como lo puntualiza Braidotti en
“Declararse simplemente laicos quiere decir ser cómplices de la supremacía
neocolonial de Occidente, mientras que rechazar la herencia de la Ilustración
quiere decir estar totalmente en contradicción con cualquier proyecto crítico” (Braidotti,
p. 41) Como ya hemos visto con anterioridad, los
movimientos emergentes emancipatorios de los grupos minoritarios representa la
decadencia del humanismo tal y como lo hemos entendido desde la Ilustración y
que al tiempo intentan enmarcarse dentro de lo que se denominará Posthumanismo. El posthumanismo anuncia
el fin de la disparidad entre el humanismo y el antihumanismo ofreciendo nuevas
alternativas para conceptualizar lo humano y la subjetividad. Para Briadotti,
condición necesaria para el posthumanismo, es una tercera muerte: La muerte del
hombre/mujer antihumanista (Braidotti, p. 42). Pues, en este punto, no se trata
de emerger contra la decadencia y crisis del sujeto ya vigente sino en la
conceptualización de la subjetividad posthumana (Braidotti, p. 42).
Braidotti, anuncia tres corrientes mayoritarias en el
pensamiento de lo posthumano:
1.
Posthumanismo
reactivo o negativo:
Promueve la defensa de los valores universalistas del humanismo como única
defensa en contra del nacionalismo y el etnocentrismo, lo que Nussbaum llamará
como Universalismo Abstracto, que
pondera la democracia, la compasión, el respeto y la dignidad humana. Sin
embargo, se trata de una reinscripción del humanismo de la individualidad
estática más que una reconceptualización de las subjetividades esto es: la
defensa de identidades estables y fijas más que el reconocimiento del dinamismo
de las diversas subjetividades. Una pregunta a considerar en este punto es ¿puede
acaso funcionar acaso la restauración de un sistema que durante décadas ha
servido de modelo opresor? Si ya hemos visto que no es suficiente el modelo
humanista de la ilustración para recoger la multiplicidad de subjetividades
¿qué nos haría pensar que ahora sus esquemas morales de opresión pueden servir
para vencer los problemas de la lobalización del mercado? En otras palabras
¿Qué nos hace pensar que si antes no funcionó ahora sí cuando la historia nos
demuestra lo contrario?
2.
Science
and Technologies Studies/ Posthumanismo Analítico: Las biotecnologías actuales tienen una influencia
sobre los organismos del ecosistema, la materia y las estructuras acerca de lo
vivo (Braidotti, p. 44). Esto ha hecho que tal y como se entiende lo humano
vaya transformándose y el posthumanismo analítico se pregunte por nociones
éticas que al tiempo olvida la subjetividad. Aspectos fundamentales que se
diseñan dentro de los Science Studies es, por un lado, la Panhumanidad, una red de interconectividad entre todos los seres vivos,
no solamente entre los humanos sino también con el medio ambiente. Esta idea de
interconexión está fundada no tanto en la interdependencia de la existencia
sino más bien en las biopolíticas emergentes de la época actual. Lo que lleva a
lo siguiente que es el control político que tienen los diferentes estamentos
sobre la vida humana. Esta nueva red de conexión inherentemente tiene que crear
modalidades éticas que comúnmente están ligadas a los valores del humanismo y,
aunque es relacional la interconectividad, deja en un costado la subjetividad.
Otro de los puntos que interviene en la posición analítica del posthumanismo es
la intervención de las tecnologías en la vida humana, no como las entendemos
hoy por hoy, sino una comunicación más intrincada en donde las máquinas
intervendrán en las modalidades de la toma de decisiones humanas, además que en
ellas sean integradas parámetros valorativos de bien y el mal, lo que
eventualmente conllevará a un análisis de lo ético en la tecnología. Otro punto
a tener en consideración es la intervención de lo biopolítico en el sistema
capitalista al definir las economías globales. Además, agregaría, nuevos modos
de controlar las vidas, pues, define en esencia lo biológico y le da nuevas categorías.
Para decirlo de otro modo, quizá con error, reconfigurar los cuerpos. En épocas
de pandemia, hemos visto cómo las tecnologías han ayudado a controlar la expansión
del virus regulando la libertad de los ciudadanos, controlando el nivel de
circulación en los sitios públicos, etc. Y la pregunta que queda es ¿Cómo seguirá
afectando estos cambios en la vida desde lo biopolítico y que nuevas tecnologías
surgirán para regular y controlarla?
3.
Posthumanismo
Crítico: Posthumanismo
crítico, en su esencia más pura, es la afirmación de todos aquellos movimientos
emergentes que hacen crítica al humanismo de la ilustración y a todos sus
valores que hemos heredado de Europa. Pues todos esto movimientos
antirracistas, feministas, medioambientalistas son fundamentales en la
construcción del ideario posthumanista crítico. Como hemos revisado
anteriormente, es importante en este posthumanismo el sentido relacional de los
seres humanos entre sí, y los seres humanos con los seres no-humanos como los
animales y el medio ambiente. El individualismo autocentrado no tiene cabida en
esta corriente, pues el fin es la interconexión entre todos los seres en un profundo
respeto por las diferencias. Los movimientos medioambientalistas aportan al
posthumanismo critico su lucha en contra del laicismo y el racionalismo
humanista debido a que la conexión con la tierra interviene la espiritualidad y
la cosmología. Hay un importante énfasis y, me atrevo a decir, equilibrio,
donde no hay una jerarquía en las diferentes especies vivas, sino que todas
comulgan en el cuidado y el autocuidado. Por decirlo de otra manera, la
relación de interconectividad viene a ser desde una subjetividad individual a
una nómada, lo que permite pensar la relación ya no desde el ego autocentrado sino
desde un ego a los otros, desde la individualidad a la colectividad. En épocas de
pandemia ¿Podemos potenciar este vínculo relacional con los diferentes
estamentos que han sido marginalizados a través de la historia en Colombia? Hemos
visto que las luchas no es que se hayan hecho por fin visibles, sino que sus problemáticas
se han multiplicado por diez. Lo que ha permitido que el movimiento trans, lxs
negrxs, lxs abuelxs, y diferentes gremios se empiecen a movilizar. ¿podemos en esta
época de crisis potenciar nuestra empatía por el otrx y así superar las brechas
que nos separan?
Conclusiones
Encuentro una dicotomía al hacer el presente trabajo.
Por una parte, pienso que es importante hacer todo el rastreo genealógico de
las problemáticas que nos son transversales a la mayoría de los seres humanos,
encontrar sus raíces y cambios. Ser conscientes del cómo y el por qué hemos
adoptado como propios ciertos discursos opresores nos pueden ayudar a
liberarnos de los yugos impuestos. Conceptualizarlos y nombrarlos los hace
existentes en la vida práctica. Aun así, pienso que el lenguaje como puede
nombrar y conceptualizar para hacer existente algo, también lo puede separar, y
no me refiero al reconcomiendo de lo que se nombra sino más bien en su
exclusión. Lo que no es blanco y no entra dentro de esta categoría es excluido.
Al tiempo que pienso que es necesario nombrar para que se puede abogar por la
lucha de los derechos. Hasta la constitución del 92 en Colombia el indígena fue
reconocido como sujeto de derecho en el país, puede reconocerse como ciudadano
colombiano, puede luchar por sus derechos (en la práctica vemos que es
diferente, claro) pero al nombrase se le sigue reconociendo como un otro excluido.
Me resulta algo que no sé si tenga fin, por lo que me lleva a preguntar ¿Algún
día no necesitaremos de las conceptualizaciones para ser? ¿Podremos ser libres tanto subjetivamente individual y nómada
sin que entremos en nuevos modelos de lo que tenemos o debemos ser? ¿Alguna vez
nos podremos liberar de los conceptos que de cierta manera nos condicionan?
Bibliografía.
-
Braidotti,
Rosi (2015) Capitulo uno “Posthumanismo: La vida más allá del individuo”, Barcelona:
Gedisa, S.A.
Sebastián:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu ponencia.
Me gustaría empezar diciendo que me parece una buena propuesta organizar las diferentes formas de crítica al humanismo que trata Braidotti. También encuentro valioso que hayas aterrizado en varias ocasiones a la coyuntura de la pandemia las ideas que encontraste en el texto, aunque habría sido bueno ampliarlas un poco más, explicarlas o detenerte un poco más en ellas, quedé con la impresión de que las decías como de pasada.
Creo que en la ponencia queda claro el sentido eurocentrado y patriarcal del humanismo, y eso está muy bien. Pero vale la pena ampliar la noción de humano a la base. Tú nos explicas que el problema está en lo que excluye, en lo que no contiene, en lo que otrifica, y eso está muy bien. De modo que nos falta profundizar un poco más en lo que sí es, es decir, caracterizar más ampliamente esa suerte de enemigo común. Esto es una forma de preguntarte, como dicen por ahí y a todas estas ¿qué es el humanismo?
Me queda la duda de si Braidotti desecha todo el humanismo, porque ella menciona un par de veces aquellas cosas que no pretende desdeñar. Y ahí me gustaría escuchar un poco más cuál fue tu lectura de esos pasajes. En últimas, te estoy preguntando por qué Braidotti no es antihumanista (si bien reconoce que hace parte de su bagaje intelectual y su trayectoria), por qué proponer el cambio en la partícula, por qué "post" y no "anti". Claro, tu planteas las diversas opciones de "post" y eso está bien, pero hay algo que falta en esa transición, en ese cambio de paradigma o de relación con el humanismo. Por eso es también una forma de preguntarte ¿qué es el antihumanismo?
Me parece muy interesante la manera como introduces los feminismos comunitarios y las formas de espiritualidad y conexión con la tierra que proponen. Quedan muy bien en la crítica a la secularidad, y la tensión etnocentrista (por parte de europeos y anglosajones) entre la ciencia y la religión.
Braidotti está hablando todo el tiempo de resistencia en términos políticos, y me gustaría que ampliaras un poco ese elemento del texto. Sobre todo porque lo que mencionas en la conclusión me deja la impresión de que consideras que la resistencia que se hace desde los discursos y los conceptos tiene poco valor. Hay un punto en el que creo estar de acuerdo, pero no estoy segura de entenderte bien y preferiría que ampliaras tu apreciación antes de pronunciarme. Yo creo que una revolución conceptual por sí misma tiene poca fuerza, pero creo que es necesaria, no porque la razón tenga que guiar la acción (aquella vanidad de la filosofía), sino porque como dicen "hay que combinar todas las formas de lucha". Pero también creo en la importancia de transformar lo conceptos, sobre todo porque hacemos filosofía, y una mirada rápida a la forma como hacemos filosofía en Colombia y en el mundo nos revela que se trata de una disciplina muy conservadora, muy cómplice del status quo, en lo que respecta a la dominación y todas las formas de la opresión. Por eso creo que la matriz política de estas ideas es crucial y me gustaría profundizar al respecto. Uno de los elementos fuertemente políticos en este contextos es la crítica a la colonialidad en la manera de representar y entender lo humano, como también lo es la crítica feminista y esas transformaciones me parecen muy valiosas y muy potentes en un contexto como el nuestro en filosofía.
Muchas gracias de nuevo.
Hola Sebastián espero que te encuentres bien, este es el link del comentario a tu ponencia:
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=zBbYOoxIlcY
Que tengas lindo día.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPido disculpas, pero los comentarios acá no dan la posibilidad de editar las fallas de redacción que se le escapan a una. :(
EliminarMe parece interesante la forma en que logras hacer conexiones reflexivas situadas en el contexto actual colombiano, que se van integrando en los apartados y explicaciones que planteas sobre el texto, da la sensación de un diálogo mutuo entre autora y lector que integra el contenido a la experiencia, sensaciones y visiones propias, lo que es muy agradable. Eso por un lado, Segundo, aunque lo mencionas en el apartado tres de tu ponencia, me interesa esclarecer más el movimiento que explica Braidotti entre el ser y dejar de ser laico en “Más allá de la laicidad”, de forma más concreta, aclarar cómo ella está entendiendo, más bien, proponiendo una subjetividad política y de acción religiosa. Quizá la autora no ahonde mucho en el papel de lo religioso aquí y de cómo puede ser entendida esta acción religiosa, en tanto que va más allá de las contradicciones entre ser cómplice de la supremacía laica y el rechazo total de la misma, pero sí nos permitir entender un tipo de desplazamiento integrado a la propuesta del posthumanismo crítico a través de un sujeto nómada, crítico y responsable en las interconexiones múltiples con lo que ella llama aquí, el otro, en su sentido amplio, de diversidad de vidas y espacios. Tercero, con relación a las preguntas y reflexiones que nos dejas en la ponencia, considero cumplen una función de alerta para tener una mirada crítica ante las situaciones actuales y, quizá, de las ineficaces incidencias de las pequeñas acciones frente a la monstruosa maquinaria del poder, en gran parte económico; a su vez, considero que las cuestiones apuntan hacia unas problemáticas que a gran escala son difíciles de precisar, es decir, las leo como si apuntaran hacia la idea de acciones que logren un cambio total y sustancial de las problemáticas, da la sensación de que estuvieras planteando de fondo la posibilidad de pensar y accionar una sola solución a las situaciones actuales, o, la sensación de la imposibilidad de cambios reales en la vida practica y que ninguna acción puede llegar a una mejoría o freno a dichas problemáticas. No sé si van por ahí tus reflexiones, pero me dan a pensar que no sabemos claramente cómo nos afectarán, o no, las nuevas tecnologías y no sabemos si podemos potenciar las actitudes de empatía hacia los otros y, en ultimas, saber si la empatía es la solución de las super soluciones. Es un poco frustrante, pero no saberlo, en esas amplias dimensiones, permite que las posibilidades quedan a la orden del día para descubrirlo y no veo que Braidotti vaya hacia este punto, más bien nos propone, en su teoría, una de muchas posibles salidas, que parte del estudio teórico de la decadencia del humanismo, que se expresa a través de la experiencia de la vida practica de los movimientos sociales y políticos (feministas, antirracistas, lgtb, entre otros), que permiten la idea del devenir de subjetividades críticas, nómadas y responsables como lo dije anteriormente, plantea Braidotti y también presentas en tu ponencia. Finalmente, quedamos en la última sesión sincrónica, que aclararas las cuestiones planteadas en tus conclusiones, en la respuesta a estos comentarios. Gracias por los aportes de la ponencia, compañero. Salud.
ResponderEliminarQue tales compañeras(os) espero todas (os) se encuentren muy bien. Cabe resaltar que las dinámicas virtuales en las que nos hemos visto envueltos, ciertamente nos han dejado una carga académica un poco más exigente, y no habiéndome permitido dejar mi intervención con anterioridad para enriquecer la discusión que se desarrolló en la sesión pasada, dejo aquí los aportes que pude apreciar en tu ponencia Sebastián y agradezco si te has tomado el tiempo de leerla, feliz tarde.
EliminarEl rastreo que das en tu ponencia sobre el surgimiento del humanismo y lo que podríamos llamar su decadencia en esa noción de anulidad de la otredad, me parece que abre también el panorama de los antecedentes misóginos, racistas y hegemónicos de una Europa trastocada también por ese pensamiento patriarcal que tanto ha hecho daño en lo que también planteas como ´´ la supremacía del hombre blanco, occidental, perfecto, laico´´. Sin embargo dando continuidad a tu ponencia expones tres características que resalta Braidotti del posthumanismo específicamente en el posthumanismo analítico, se habla de que el interés o criterio de análisis de este aspecto del posthumanismo es el interés por ´´nociones éticas que al tiempo olvida la subjetividad ´´.En este sentido me surge la inquietud ante un concepto que subrayas más adelante, la´´ panhumanidad´´ en la que afirmas en tu texto que es una red de interconectividad entre los seres vivos, la cual se subscribe en una relación de biopoliticas emergentes en la que se hacen evidentes esas relaciones o interrelaciones con distintas especies; sin embargo también se señala que esta red de conexiones tiene que crear modalidades éticas que parten también desde el humanismo. En este sentido ¿Cuáles vendrían siendo estos estamentos éticos que parten desde el humanismo teniendo en cuenta que se está hablando de un posthumanismo? Puesto que si bien se afirma que se están dejando a un lado la subjetividad, cual sería entonces una postura constructiva, transformadora a nivel comunitario cuando se invisibilizan las relaciones desde lo particular.
Por otra parte, al final de tu ponencia dejas a manera de conclusión una pregunta que me pareció bastante relevante en tu texto: ¿Algún día no necesitaremos de las conceptualizaciones para ser? Creo que Braidotti quiere apuntar tal vez a una lucha por decirlo así interrelacional entre lo práctico y lo conceptual es decir, no creo estrictamente que sea necesaria conceptualizarnos para poder ser, pero si nos callamos también dejamos de existir, creo que es algo que también menciona Cabnal en su lucha por las comunidades feministas, tal vez creo que a lo que apunta tu pregunta es al poder también hegemónico del lenguaje de lo que se nombra y es callado. Por otra parte, la otra cara de la moneda es la voz y la lectura emergente que se apropian de un lenguaje para construir nuevos universos lo cual me parece que es lo que nutre precisamente al lenguaje. Nuevamente gracias por leerme y feliz tarde.