Diario


DIARIO

Como siempre, o la mayoría de las veces, me encuentro de manos al teclado del computador sin saber por dónde comenzar ha escribir aunque tenga una idea medianamente clara de lo que quiero decir. Eso pasa, no encuentro las palabras. Me valgo de las que llegan a mi cabeza sin ser totalmente asertivo como quisiera. La pesadez en mi mente ha sido un constante en esta cuarentena que he ido solucionando poco a poco. Bueno, en realidad, más que "solucionar" es mejor decir adaptarme. Puesto que no se va, es una compañera que ha decidido instalarse en la cotidianidad. He puesto como titulo a esta entrada "Diario" porque aunque no han sido constantes mis publicaciones sí tengo que admitir que ha dado apertura a otro tipo de proceso, más bien personal que académico. El diario tiene algo de íntimo, algo que solamente se confiesa al papel o al formato de word y tiene algo de voluntario, a lo que solamente se recurre cuando se quiere o se tiene la necesidad. Este diario que en cierta medida tiene algo de obligatorio ha dado apertura a algo más íntimo y ha sido el encuentro con las narrativas que tengo en mi interior. Algo que solamente me puedo confesar a mí mismo y a nadie más. Es así que debo admitir, este tiempo más que un proceso académico ha sido un proceso de descubrimiento personal y aún lo sigue siendo. Este diario que dejó de serlo hace mucho, pese a que era un espacio de libre acercamiento, se trasladó a uno que he retomado no con tanta periodicidad como quisiera pero sí con más libertad y que ha sido de ayuda para desenredar muchas de las ideas en mi mente que se encontraban allí instaladas. De este interés por enfocarme en mi diario más personal y dejar un lado lo académico me ha hecho manejar en la dualidad de preguntarme si esto de la formación en filosofía es lo que quiero ¿qué hace que uno le pierda cierto interés? ¿por qué el sumergirme en lo formativo no hace que el vacío interior se silencie por momentos? ¿por qué cuando sé que hay cosas a las que tengo que responder prefiero centrarme en otras que me generan más tranquilidad? ¿por qué aunque la filosofía es lo que me apasiona era lo que menos quería ver en este tiempo? o, al menos, la filosofía que no hablara directamente a mis intereses. Es netamente contradictorio sentir este tipo de cosas pero es lo que más evidente en este tiempo se ha hecho. Mientras sentía que debía estar inmerso en los textos prefería tomar una fotografía pues en ella había algo de catártico. Mientras las obligaciones se amontonaban por montañas el arte se transformó en mí terapia. 

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